Hoy, nos embarcamos en un recorrido por cinco películas clave que no solo han marcado hitos en su carrera sino que también han dejado una huella imborrable en la cultura cinematográfica. Estas obras son testimonio de su evolución como actor y de su inquebrantable capacidad para conectar con el público en múltiples niveles.
Todas las curiosidades que debes saber de la película más vista de este mes de marzo
El Confidencial
El Show de Truman
Nos adentra en un relato profundamente humano, envuelto en una premisa extraordinaria que desafía nuestra percepción de la realidad y el espectáculo. Carrey, en una actuación que muchos consideran su mejor trabajo, nos muestra su rango actoral al interpretar a un hombre cuya vida es cualquier cosa menos ordinaria. A través de Truman Burbank, Carrey explora la inocencia, la desesperación y la valentía con una autenticidad que conmueve al espectador.
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos
En esta desgarradora historia de amor y olvido, Carrey se despoja de sus capas cómicas para adentrarse en la complejidad de Joel Barish, un hombre sumido en la desesperación tras la ruptura con su pareja, Clementine. La película se adentra en los recovecos de la memoria y el corazón, utilizando elementos de ciencia ficción para explorar la naturaleza del amor y el dolor. Carrey y Winslet, con sus actuaciones excepcionales, dan vida a una historia que es tanto un viaje visual como emocional, dejando una huella indeleble en el espectador.
La Máscara
Stanley Ipkiss, un hombre corriente con una vida sin brillo, se transforma en un ser todopoderoso gracias a una misteriosa máscara. Carrey brilla con luz propia en este torbellino de comedia, acción y romance, demostrando su habilidad para la comedia física y el humor slapstick. "La Máscara" es un festín visual de colores vibrantes y efectos especiales, donde Carrey se convierte en el centro de un espectáculo sin igual, redefiniendo el género de la comedia en los noventa.
Ace ventura: detective de mascotas
Con un personaje tan estrafalario como entrañable, Carrey se adueña de la pantalla como Ace Ventura, un detective especializado en animales con un estilo único. La película, cargada de humor absurdo y situaciones hilarantes, estableció a Carrey como una fuerza imparable en el mundo de la comedia. Su interpretación es un despliegue de energía y carisma, creando momentos inolvidables que han quedado grabados en la cultura popular.
Mentiroso mentiroso
Este film nos presenta a un Carrey en su máximo esplendor cómico, interpretando a un abogado atrapado en su propia red de mentiras hasta que un deseo de cumpleaños lo obliga a decir solo la verdad. La premisa, simple pero efectiva, se convierte en el vehículo perfecto para explorar la comedia en todas sus formas, desde el humor físico hasta los enredos verbales, demostrando la versatilidad y el talento innato de Carrey para hacer reír a carcajadas mientras reflexiona sobre la importancia de la honestidad.
Estas cinco películas no solo ofrecen una mirada al amplio espectro de habilidades de Jim Carrey sino que también celebran su inigualable aportación al cine. Desde la risa descontrolada hasta las lágrimas de emoción, Carrey nos ha llevado de la mano por un viaje inolvidable que, década tras década, sigue resonando con audiencias de todas las edades.
]]>Denis Villeneuve nos comparte su visión apasionada sobre Dune 2, describiéndola como el corazón de la saga, donde la primera película fue solo el aperitivo de lo que estaba por venir. Este segundo acto es el plato principal, cocinado con la precisión y el amor de quien se sabe destinado a realizarlo, infundiendo al proyecto una sensación de destino y grandeza.
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El Confidencial
La película destaca no solo por su narrativa y su impactante producción, sino también por una serie de curiosidades y acontecimientos únicos que han acompañado su realización. Desde la elección del elenco hasta los desafíos técnicos, Dune 2 es un testimonio de la magia del cine y de las sorpresas que puede deparar.
La búsqueda del elenco para esta secuela trajo consigo historias dignas de mención. Emma Roberts fue considerada para interpretar a la Princesa Irulan, pero conflictos de agenda impidieron su participación, abriendo la puerta a Florence Pugh para asumir el rol.
Christopher Walken, quien da vida al Emperador Shaddam IV, añade no solo su talento sino también un interesante enlace cultural al proyecto, habiendo protagonizado en el pasado un video musical lleno de referencias a Dune. La aprobación para el inicio de la producción de Dune 2 llegó apenas unos días después del estreno de su predecesora, evidenciando la confianza y el compromiso del estudio con la visión de Villeneuve.
La reunión en la pantalla grande de Timothée Chalamet y Florence Pugh, quienes ya compartieron roles en Mujercitas, promete revivir la química excepcional que ambos actores han demostrado tener. Por otro lado, la elección de Austin Butler como Feyd-Rautha Harkonnen, tras considerar a otros talentos como Bill Skarsgård y Barry Keoghan, habla del meticuloso proceso de casting que busca la perfecta alineación con la visión creativa del filme.
El futuro de la saga Dune parece prometedor, con Villeneuve confirmando que el guion para una tercera entrega ya se encuentra en sus etapas finales de desarrollo. Esta noticia no solo entusiasma a los seguidores de la franquicia sino que también asegura la continuación de una narrativa compleja y rica en matices, basada en el segundo libro de la serie, El Mesías de Dune.
La duración de 166 minutos de Dune 2 asegura una inmersión completa en el universo creado por Frank Herbert, mientras que el apoyo y la aprobación de la familia Herbert reafirman el respeto y la fidelidad hacia la obra original. A medida que Dune se prepara para expandirse en una trilogía, las expectativas y el entusiasmo por esta saga solo pueden crecer. La anticipación por la película fue tan alta que el lanzamiento de las entradas provocó el colapso del sitio web de AMC, demostrando el fervor del público por sumergirse una vez más en el universo de Dune.
Dune 2 es, sin duda, una obra que trasciende lo convencional, ofreciendo no solo una experiencia cinematográfica impresionante sino también una ventana a las curiosidades y desafíos que rodean su producción. Con cada revelación y cada elección creativa, Dune 2 promete ser una película que no solo entretiene sino que también fascina y enriquece a su audiencia.
]]>Este año, la selección promete llevarnos desde los confines del espacio hasta las profundidades del alma humana, ofreciendo una mezcla perfecta de aventura, ciencia ficción, acción, drama histórico y terror. Con esta oferta, Amazon Prime no solo se consolida como un gigante del streaming, sino que también se erige como un curador de experiencias cinematográficas únicas, diseñadas para hacer de esta Semana Santa una verdadera fiesta para los sentidos.
Dune
Dune nos transporta al inhóspito pero estratégicamente crucial planeta Arrakis. En este desértico escenario, la familia Atreides, liderada por el joven Paul, se ve inmersa en un complejo juego de poder, donde la codiciada especia melange es el premio mayor. Esta sustancia, capaz de expandir la conciencia y hacer posible el viaje espacial, es el núcleo de una historia de conflictos dinásticos, traiciones y una lucha por la libertad y el destino. Villeneuve orquesta una adaptación visualmente arrebatadora y emocionalmente profunda del clásico literario, donde cada personaje, desde Paul Atreides hasta la guerrera Fremen Chani, aporta matices únicos.
Los Mercenarios 4
La saga de Los Mercenarios retorna con su cuarta entrega, prometiendo más acción, explosiones y momentos de pura adrenalina. En esta ocasión, Barney Ross y su equipo de mercenarios enfrentan amenazas que requieren no solo de su característica fuerza bruta sino también de astucia y estrategia. La química entre los personajes, la inclusión de nuevos rostros y el regreso de leyendas hacen de esta película una cita obligada para los amantes de la acción. La narrativa, que mezcla humor, camaradería y espectaculares secuencias de lucha, confirma que la edad es solo un número cuando se trata de salvar el mundo.
The Equalizer 3
The Equalizer 3 nos vuelve a sumergir en el oscuro mundo de Robert McCall, un hombre que busca equilibrar las injusticias a su manera. Denzel Washington reencarna al carismático y letal ex-agente, enfrentándose a nuevas amenazas que ponen a prueba su ingenio, habilidades y moral. La película se sitúa en un terreno donde la línea entre el bien y el mal es difusa, explorando la psique de un hombre dispuesto a todo por proteger a los vulnerables. Con un reparto que combina talentos consolidados y emergentes, y una dirección que mantiene la tensión y el drama, esta entrega promete ser un viaje intenso y emocional.
Oppenheimer
Christopher Nolan nos invita a un viaje introspectivo a la vida de J. Robert Oppenheimer, el genio detrás de la bomba atómica. Oppenheimer es una exploración profunda de las repercusiones éticas, personales y globales del Proyecto Manhattan, ofreciendo una mirada crítica a los dilemas morales que acompañaron la creación de la arma más devastadora de la humanidad. Cillian Murphy encabeza un reparto excepcional en una historia que es tanto un drama humano como un thriller político y científico. La película promete no solo contar la historia de un hombre y su bomba, sino también reflexionar sobre las sombras que su legado proyecta sobre el presente y el futuro.
Posesión infernal: el despertar
La última oferta de Amazon Prime para esta Semana Santa es Posesión Infernal: El Despertar, un giro contemporáneo en la aclamada saga de terror. Alejándose de las cabañas en el bosque, la película nos lleva a un entorno urbano donde dos hermanas descubren el Necronomicón, desatando un horror indescriptible. Con una dirección que mezcla habilidosamente el terror psicológico con el gore, y una historia que profundiza en la resistencia humana y los lazos familiares, esta película es una declaración de que el verdadero terror puede encontrarse tanto en los demonios como en la profundidad de nuestras almas.
Amazon Prime, con esta selección, no solo busca llenar nuestras tardes de cine, sino también enriquecer nuestras perspectivas con historias que desafían, emocionan y entretienen. Así que prepara tus palomitas, acomódate en tu sofá y déjate llevar por estas experiencias cinematográficas que prometen hacer de esta Semana Santa una ocasión memorable.
]]>Cada una de las siguientes películas, con Tosar en un papel central, es una pieza clave en el rompecabezas del cine contemporáneo español, aportando no solo entretenimiento, sino también una profunda reflexión sobre la sociedad. Lo que hace a Luis Tosar tan especial en el panorama cinematográfico es su capacidad para transformarse completamente en cada rol, haciendo que cada personaje sea memorable y genuino. Más allá de los premios y reconocimientos, su legado como actor se cimenta en la autenticidad y el impacto emocional de sus interpretaciones.
Celda 211
Un thriller que sumerge al espectador en una historia de supervivencia y lealtades puestas a prueba dentro de los muros de una prisión en revuelta. La magistral interpretación de Tosar como Malamadre, un líder carismático y temible a la vez, ofrece una visión compleja sobre la moralidad y la humanidad en condiciones extremas. Esta película no solo consolidó a Tosar como uno de los actores más destacados de su generación, sino que también se alzó con múltiples premios Goya, reconociendo su contribución a la industria cinematográfica española.
Te doy mi ojos
Una obra que aborda con crudeza y sensibilidad el tema de la violencia doméstica. En esta película, Tosar interpreta a Antonio, un hombre atrapado en su propia espiral de abuso y arrepentimiento, ofreciendo una actuación que desentraña las complejidades de su personaje con una honestidad desgarradora. Esta película no solo es un vehículo para la concienciación social, sino también un testimonio del talento de Tosar para encarnar personajes con profundas contradicciones internas.
Los lunes al sol
Tosar nos presenta otra faceta de su versatilidad al interpretar a José, un hombre que lucha por mantener su dignidad en un contexto de desempleo y crisis económica. La película es un retrato conmovedor de la amistad, la desilusión y la resistencia humana frente a la adversidad, destacándose por su capacidad para capturar la realidad social de España con humor y empatía.
La flaqueza del bolchevique
En esta película nos ofrece una historia de amor prohibido y redención, donde Tosar, en el papel de Pablo, nos lleva a través de una montaña rusa emocional que desafía las normas sociales y morales. Esta película destaca por su habilidad para entrelazar la tensión y la ternura, demostrando una vez más la capacidad de Tosar para dar vida a personajes complejos y emocionalmente ricos.
Quien a hierro mata
Esta obra nos sumerge en un thriller emocional ambientado en el turbio mundo del narcotráfico gallego, donde Tosar interpreta a Mario, un enfermero cuya vida se ve marcada por la venganza y la moralidad. Esta película es una muestra de la habilidad de Tosar para sostener una narrativa llena de suspense y emociones intensas, confirmando su estatus como uno de los actores más talentosos y comprometidos de su generación.
A través de estas películas, Luis Tosar nos ha regalado interpretaciones que no solo destacan por su calidad artística, sino que también invitan a la reflexión sobre temas sociales relevantes, demostrando el poder del cine para generar cambio y empatía. Sin duda, la obra de Tosar es un tesoro del cine español que sigue inspirando y emocionando a audiencias de todo el mundo.
]]>Este fin de semana, prepárate para sumergirte en el mundo de Lindsay Lohan, una actriz que, con su carisma y talento, ha dejado una marca indeleble en el cine de las últimas décadas. Desde comedias adolescentes hasta entrañables historias familiares, Lohan ha demostrado su versatilidad en una amplia gama de roles que siguen cautivando a audiencias de todas las edades. Aquí te presentamos cinco películas imprescindibles de Lindsay Lohan para disfrutar este fin de semana.
Chicas Malas
Una aguda mirada a las dinámicas sociales del instituto a través de los ojos de Cady Heron, quien tras ser educada en casa en África, se enfrenta al laberinto social de una escuela pública estadounidense. Bajo la guía de Tina Fey, esta película no solo ofrece risas aseguradas sino también una crítica inteligente sobre la rivalidad femenina y la búsqueda de la identidad. La actuación de Lohan es central para explorar estos temas con una mezcla perfecta de inocencia y astucia.
Tú a Londres y yo a California
En su debut cinematográfico, Lohan nos regala una actuación doblemente encantadora al interpretar a dos gemelas separadas al nacer. Este remake del clásico de Disney es una aventura llena de corazón y humor, donde dos hermanas traman reunir a sus padres divorciados. A través de sus travesuras, Lohan exhibe una impresionante madurez actoral, capturando la esencia única de cada gemela.
Freaky Friday
Esta comedia familiar, donde Lohan y Jamie Lee Curtis intercambian cuerpos, ofrece una exploración hilarante y conmovedora de la relación madre-hija. Lohan brilla como la rebelde Anna Coleman, navegando por las complejidades de la vida adulta mientras aprende a apreciar las perspectivas y desafíos de su madre. Su química con Curtis es innegable, convirtiendo a Freaky Friday en un clásico moderno del género.
Herbie: A tope
Lohan se pone al volante de Herbie, el Volkswagen Escarabajo con personalidad propia, en esta emocionante comedia de aventuras. Como Maggie Peyton, la joven que descubre y desbloquea el verdadero potencial de Herbie en las carreras, Lohan demuestra su capacidad para liderar una película familiar que combina acción, humor y corazón. Su determinación y la dinámica con Herbie ofrecen una historia inspiradora sobre la amistad y la superación.
Confesiones de una típica adolescente
Interpretando a Lola, una adolescente dramática y soñadora, Lohan captura a la perfección las tribulaciones y triunfos de crecer y perseguir grandes sueños. Su mudanza de Nueva York a un suburbio es el comienzo de una serie de aventuras que exploran la amistad, la rivalidad y la pasión por el arte. La energía y el carisma de Lohan alimentan esta comedia, haciéndola una pieza esencial en su filmografía.
Estas cinco películas no solo destacan por su entretenimiento y valor artístico, sino también por cómo Lindsay Lohan, con su talento y presencia en pantalla, las eleva a un nuevo nivel. Así que prepara las palomitas, acomódate en tu sofá y disfruta de un fin de semana lleno de las mejores actuaciones de una de las actrices más icónicas del cine.
]]>Directo a PrimeVideo ha ido Road House, para la cual Jake Gyllenhaal diríamos que ha dejado de ser actor: se ha puesto como Topuria. Dirige la cosa alguien que también nos decepciona: Doug Liman, responsable de esa obra maestra llamada Al filo del mañana (2014; y el mejor papel en toda la carrera de Tom Cruise) y de la frenética y también magistral primera entrega de la saga Bourne (2002). Liman y Gyllenhaal dilapidan su prestigio, su talento, su nombradía haciendo una completa chorrada de película... Ésa iba a ser la tesis de mi artículo.
Pero la verdad es que Road House me ha parecido una película estupenda, muy divertida. Más que adaptar una película (vista ahora; la he vuelto a ver) malísima de 1989 con Patrick Swayze, uno diría muy flamenco que adapta El extranjero, de Albert Camus. El protagonista, “de profesión: duro”, es ahora una suerte de Mersault del dance floor, un Raskolnikov del Malibú con piña. Creerán que bromeo: no, en serio, lo de Jake Gyllenhaal en esta película me ha tocado el corazón, es un psicópata, un ser de lejanías, muy similar al personaje de Ryan Gosling en Drive (2011).
El protagonista, "de profesión: duro", es ahora una suerte de Mersault del 'dance floor', un Raskolnikov del Malibú con piña
Por otra parte, no sé si han notado que la juventud de nuestro tiempo vuelve a las andadas biológicas. Básicamente, ellas se exhiben en Instagram y ellos sueñan con romperle la cara a otro en una pelea de bar. El fanatismo despertado por Topuria, el hecho de que Ibai Llanos (ya saben, el-hombre-al-que-le-gusta-pagar-impuestos) prepare ya la cuarta edición de La Velada del Año (gente pegándose para solaz de la juventud) y que el propio Jordi Wild (otro youtuber de fama masiva) haya creado Dogfight (adivinen: gente pegándose para solaz de la juventud), sólo indica que la violencia masculina está de moda, los niños ansían de nuevo demostrar su virilidad y ha regresado la contemplación recreativa de la sangre. Un horror. Es una vuelta a la caverna, al hombre primitivo, ése que no deja que le hagas bizum a su novia.
De tanto pedir a los hombres que planchen la ropa, han acabado redescubriendo el bate de béisbol.
Curiosamente, a mí me desagrada enormemente la violencia real, de octógono o velada, la promueva el-hombre-al-que-le-chifla-pagar-impuestos o un turbio jeque árabe. Sin embargo, la violencia en el cine me maravilla.
Así que Road House es un gran espectáculo de violencia fingida, impropia, imperial. Es una gozada. Jake Gyllenahaal incorpora a su rol un puntito de humor; otro, de sabiduría anatómica (a la manera de Denzel Washington en El protector: ese saberse el nombre del hueso que te va a romper, y decírtelo antes); amén de, como decimos, varios silencios psicópatas totalmente extraordinarios. Jake, su personaje, viene de movidas personales muy chungas, y se notan, se paladean, se ve que está tan loco que sólo puedes quererlo. “Tengo miedo de lo que pasa cuando alguien me lleva al límite”, escuchamos.
Por si fuera poco, a media película podemos disfrutar de un debut actoral casi mítico: el de Conor McGregor. El ex luchador de la UFC hace de sicario o matón último del malo de la película, y su presencia es tan apabullante, autónoma y verídica (a fin de cuentas, si alguien sabe dar puñetazos mortales es él) que eleva Road House a otro nivel. Basta escuchar su voz aflautada, igualmente desequilibrada, para entender que no se trata de un cameo musculado, sino de toda una construcción narrativa.
Este 'Road House', que es infinitamente mejor que el de Patrick Swayze, paga su tributo de diversidad, como era previsible
Este Road House, que es infinitamente mejor que el de Patrick Swayze, paga su tributo de diversidad, como era previsible. En la película original no sale ni una sola persona de raza negra, mientras que aquí la dueña del bar que solicita los servicios del traumado luchador es una mujer negra; y hay una librería inverosímil a un lado de la autopista (¿quién pone una librería cerca de una autopista, por favor?), regentada por una adorable niña negra, con padre negro y madre (negra) muerta. Hasta ahí, la diversidad obligada. También es verdad que en Road House (1989) salía un ciego. Pero 3 personajes negros suben la nota de la inclusividad mucho más que un 1 solo personaje ciego (3-1), como sabemos todos por las matemáticas.
En la cinta de Swayze, además, hay mucho sexo, o muchos desnudos, sobre todo de mujeres, y Patrick parece Chicote llegando al night-club, pues se pone a criticar a los camareros, cocineros y personal eventual, despidiendo a muchos de ellos. Nada de eso queda en la película de Doug Liman, donde no se despide a nadie porque todos, en el bar trasladado de pronto a Florida, son seres de luz, desayunados con quinoa.
Road House, en definitiva, certifica la resurrección de los machitos, la vuelta al tajo del tío duro al que la noche le sale bien si acaba con la ceja rota, “y tenías que ver cómo quedó el otro”. Yo creo que ahora mismo estamos muy cerca de inventar a Charles Bronson.
Muy cerca.
]]>Poco más de un siglo después, The beast (La bestia) del francés Bertrand Bonello recupera la fórmula para hablarnos del devenir de las relaciones entre las mujeres y los hombres y los hombres y las mujeres a través de una pareja que, de la misma forma, se encuentra a través del tiempo: primero en la Belle Époque parisiense, más tarde en Los Ángeles, en algún momento de principios de este siglo y, más tarde, en un 2044 en el que la tecnología promete suprimir las emociones humanas. Como el reverso siniestro de Vidas Pasadas y sus in-yeon o contactos pretéritos, el film de Bonello obliga a sus protagonistas, Grabrielle (Léa Seydoux) y Louis (George McKay) a cruzarse indefectiblemente una y otra vez, y al espectador a ser testigo de las transmutaciones, también, de sus sentimientos y su manera de relacionarse: desde el folletín hasta la alienación, pasando por la desconfianza, el deseo reprimido, el odio.
¿Follan más o follan menos las nuevas generaciones respecto a sus predecesoras? Más allá de las trifulcas intergeneracionales, lo que es indiscutible es el cambio en la manera de contacto -o falta de- entre los sexos. Y si en la película de May la perspectiva optimista venía desde la didáctica -naíf- de pareja, la película de Bonello resulta demoledora. Estrenada en el pasado Festival de Venecia y ganadora del Premio a Mejor actriz para Seydoux en Seminci, The beast es un compendio del mejor cine de Bonello: mutante y esquiva, a ratos recuerda a Casa de tolerancia (2011), ambientada también el el París de comienzos del siglo XX, a ratos a la angustia nihilista de Nocturama (2016).
"La conocí en Roma hace muchísimos años. Lo recuerdo todo perfectamente", comienza a hablar Marcher en la novela. "No había sido en Roma, sino en Nápoles; y no habían pasado siete años, sino casi diez", precisa May Bartram a través de la voz de Henry James. En La bestia en la jungla, la novela corta que James publicó en 1903 y de la que parte esta adaptación de Bonello -que empieza fiel y acaba libérrima-, el escritor neoyorquino busca el sentido de la humanidad en la promesa del amor. Lo hace a través de un protagonista, epítome del hombre -entonces- moderno, preso de una paradoja: la necesidad profunda de amar y el miedo visceral e irracional a hacerlo. Dicho protagonista, John Marcher, se considera un fatalista condenado a la soledad en el caso de no querer arrastrar a su amada a una desdicha abstracta pero acechante, una bestia desconocida, un "algo que hay que esperar, algo con lo que debo encontrarme, afrontar y ver cómo de repente irrumpe en mi vida, seguramente destruyendo toda conciencia ulterior, posiblemente aniquilándome. Por otro lado, puede que únicamente actúe transformándolo todo, atacando por completo la base de mi mundo y abandonándome a las consecuencias que puedan desencadenarse", tal y como explica el propio Marcher.
Produce cierto consuelo la repetición cíclica de ese sentimiento de desastre del que hablaba Henry James entonces, en pleno alumbramiento del siglo XX, el de las guerras mundiales, y del que habla Bonello hoy, tras las pandemias, con la incertidumbre de una guerra global y con la amenaza del horno climático y el invierno nuclear en el felpudo de casa. Si ellos sobrevivieron, quizás nosotros también.
Esa permanente sensación de fatalidad contagia cada una de las historias de La bestia, desde su comienzo metacinematográfico en el que Bonello, como si fuese una prueba de cámara, provoca que Léa Seydoux, no sabemos si como actriz-personaje o como personaje-personaje se encuadra dentro de un croma verde y actúa el ser atacada por una bestia a la vez tan abstracta como en la novela y al tiempo algo más material y concreta en la imaginación del espectador, para acabar convirtiéndose en píxeles, desmenuzada hasta el átomo digital, en una advertencia de que, por mucho que en algunos momentos nos dejemos llevar por el melodrama o el 'thriller' o la ciencia ficción en cualquiera de sus convenciones, nos encontramos ante una película de amor muy poco convencional. Además, Bonello elige el punto de vista de ella, de Gabrielle, para contar su historia de búsqueda y pérdida. Si en la historia original es él quien siente la fatalidad, en este caso es ella quien la verbaliza.
El destino -o, de nuevo, la fatalidad- ha querido que The beast de Bonello haya coincidido en tiempo con otra adaptación, también francesa, de la novela corta de James, La bestia en la jungla a cargo de Patric Chiah, mucho menos ambiciosa y sugerente. Ya le pasó a Bonello con su biopic Saint Laurent (2014), que coincidió con Yves Saint Laurent (2014), de Jalil Lespert. Aquella vez también resultó vencedor Bonello en las comparaciones y como anécdota quedó la competencia de ambos títulos en los César en las categorías de vestuario, fotografía y diseño de producción.
La película arranca en una fiesta, entre cuadros y tapices, con una mirada entre el naturalismo y la estilización, en una Europa de clase alta y políglota -los personajes saltan del francés al inglés-, con un personaje femenino poderoso y magnético, que atrae las miradas masculinas. Bonello retrata a una Seydoux camaleónica, de una belleza aristocrática en su primera encarnación y gélida en la última. Y Bonello entrelaza los tiempos y los lugares, añadiendo elementos de la ciencia ficción o, más bien desnudando los escenarios hasta, también, la abstracción futurista. Bonello imagina un 2044 en el que los sentimientos no interfieren en la funcionalidad de las personas; pero sin emociones -aunque sean malas o regulares-, ¿qué nos diferenciará de las máquinas, de las inteligencias artificiales? La tecnología va a modificar hasta el último recoveco de nuestra última cromátida, incluso a borrar cualquier rastro de aquello que nos hace humanos. Por aquí también aparece Guslagie Malanda, la hipnótica coprotagonista de Saint Omer (2023), esta vez en un papel mucho más pequeño y menos vistoso, pero que consigue hacer lucir en su pequeño espacio y tiempo.
El extracto de The beast que conecta mejor con el presente es aquel cuya línea temporal es más próxima al ahora y en la que el personaje de MacKay se muestra en su faceta más extrema. Es apabullante el trabajo actoral del británico, que pasa de poseer un atractivo clásico y aristocrático a, con un cambio de peinado, una transformación de la mirada y una rigidez de movimientos, encarnar una versión de Louis perturbadora e inquietante. Bonello se refiere a esa masculinidad incel -célibe involuntaria-, la de esos hombres que contemplan a las mujeres con una mezcla indisoluble de dolorosa pulsión sexual y temor resentido, que lleva a una catastrófica y violenta desafección entre ambos sexos.
La película de Bonello trenza de manera evocadora e intuitiva los lazos que conectan sus tiempos y a sus personajes. Las imágenes inducen sin imponer, en una experiencia multisensorial que opera en la vista, en el oído, en el sentido del ritmo, en la simbología de los colores, en el foco o fuera de foco de las ópticas, en la intersección entre la disección del píxel y relato ancestral.
Y Bonello mantiene la incertidumbre hasta el final, con ese baile agarrado y emocionante entre los protagonistas al ritmo de Evergreen de Roy Orbison, que canta que cuanto el amor es perenne, dura más allá de los veranos y los inviernos. La cámara gira y se mueve entre el rojo -pasión- y el azul -la ausencia de la misma-, entre la humanidad y la máquina, entre el sí y el no. Entre el "te amo" que sale de las tripas y el robótico "me alegro de volver a verte" de una aplicación de comida a domicilio. ¿Ganará la bestia? Eso ya será The beast quien se lo cuente.
]]>Disponibles en las principales plataformas de streaming, estas películas han sido cuidadosamente seleccionadas por su poder para transportarnos a mundos desconocidos, enfrentarnos a nuestras emociones más profundas y provocar una reflexión seria sobre la vida, la humanidad y nuestros sueños más íntimos. Desde la intensa lucha de un músico por encontrar paz en el silencio, hasta la odisea de un joven en busca de libertad y significado, estas historias son un testimonio de la resiliencia, la pasión y el poder transformador del espíritu humano.
Sound of metal
Sound of Metal es una película que narra la vida de Ruben, un baterista de punk-metal que comienza a perder su audición de manera repentina. Interpretado por Riz Ahmed, Ruben se enfrenta al desafío de adaptarse a su nueva condición mientras lucha por mantener su identidad y su relación con Lou, su pareja y compañera de banda, interpretada por Olivia Cooke. A medida que Ruben busca soluciones para su sordera, se ve inmerso en una comunidad de sordos, donde aprende a ver su situación desde una perspectiva diferente.
La película, dirigida por Darius Marder, explora temas de aceptación, comunidad y la búsqueda de paz interior, destacando también por su innovador diseño de sonido que intenta reflejar la experiencia auditiva de su protagonista. Paul Raci ofrece una actuación destacada como Joe, el mentor sordo que guía a Ruben a través de su viaje de autodescubrimiento. Sound of Metal es una conmovedora exploración de la resiliencia humana frente a los cambios inesperados de la vida. La película está disponible en Amazon Prime Video.
Despertares
Despertares es una película basada en hechos reales que cuenta la historia del Dr. Malcolm Sayer, interpretado por Robin Williams, un neurólogo que descubre un tratamiento experimental con el medicamento L-Dopa para pacientes afectados por la encefalitis letárgica, quienes han estado en estado catatónico durante décadas. Robert De Niro interpreta a Leonard Lowe, uno de los pacientes que experimenta un despertar milagroso, recuperando temporalmente su capacidad de interactuar con el mundo.
La película, dirigida por Penny Marshall, explora la relación entre el doctor y su paciente, el impacto de los despertares en los pacientes y sus familias, y la efímera naturaleza del tratamiento. Despertares es un emotivo relato sobre la esperanza, la lucha humana y el deseo de vivir plenamente, destacando poderosas actuaciones de su elenco principal. La película está disponible en Netflix.
Hacia rutas salvajes
Hacia rutas salvajes es la historia real de Christopher McCandless, interpretado por Emile Hirsch, un joven que, tras graduarse de la universidad, decide abandonar su vida convencional, donar todos sus ahorros a la caridad y emprender un viaje hacia la libertad absoluta en la naturaleza salvaje, especialmente hacia Alaska. A lo largo de su viaje, Chris, quien adopta el seudónimo "Alexander Supertramp", se encuentra con diversas personas que influencian su vida, reflejando temas de soledad, búsqueda de significado y conexión humana.
Dirigida por Sean Penn, la película captura la belleza del paisaje americano y la intensa búsqueda personal de McCandless, ofreciendo una mirada profunda sobre la naturaleza humana y nuestra relación con el mundo natural. La película está disponible en Netflix.
Whiplash
Whiplash cuenta la intensa relación entre Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz interpretado por Miles Teller, y Terence Fletcher, su exigente y autoritario instructor, interpretado por J.K. Simmons. Ambientada en una prestigiosa escuela de música, la película sigue a Andrew en su obsesión por alcanzar la grandeza, empujado al límite por las brutales tácticas de enseñanza de Fletcher.
La obsesión de Andrew por perfeccionar su arte se convierte en una lucha emocional y física, explorando la búsqueda de la excelencia. Dirigida por Damien Chazelle, Whiplash es un poderoso drama sobre la ambición, el sacrificio y las complejidades de la relación mentor-alumno, destacando por sus extraordinarias actuaciones y una banda sonora cautivadora. La película está disponible en Amazon Prime Video.
El show de Truman
El show de Truman es una película protagonizada por Jim Carrey, quien interpreta a Truman Burbank, un hombre cuya vida, sin saberlo, es el centro de un reality show televisado las 24 horas del día. A medida que Truman comienza a notar inconsistencias en su entorno perfecto, empieza a cuestionar la realidad de su existencia, llevándolo a descubrir la verdad sobre su vida y a buscar la libertad fuera de su mundo artificial. Dirigida por Peter Weir, la película explora temas de privacidad, realidad versus ficción y la búsqueda de la autenticidad personal en un mundo cada vez más observado. La película está disponible en Amazon Prime Video.
Al sumergirnos en estas narrativas cinematográficas nos enfrentamos a espejos de nuestras propias vidas, deseos y temores. Cada película, con su historia única y personajes inolvidables, nos invita a reflexionar sobre lo que significa vivir, amar, luchar y, en última instancia, encontrar nuestro lugar en el mundo. Estas cinco películas son, sin duda, un tesoro del arte cinematográfico que nos recuerdan el infinito poder del cine para conmover el alma y expandir los horizontes del corazón y la mente.
]]>La Gran Guerra había concluido con la humillante derrota de Alemania, su imperio se había desintegrado y el país se encontraba profundamente herido. En ese contexto surgió un modo de hacer cine lleno de angustia, de líneas oblicuas, de iluminación asfixiante, de fuertes contrastes, de perturbadores planos contrapicados: el expresionismo.
Un movimiento que reflejaba el estado maltrecho del país y la alienación y el agobio de las masas. Pero lo hacía desde la vanguardia, como reacción contra lo burgués. Con la llegada de Hitler al poder, muchos de los grandes cineastas de esa corriente cruzaron el charco y se trasladaron a Estados Unidos, dejando una impronta importantísima en Hollywood.
El expresionismo en el cine ha sido el protagonista del segundo de los Encuentros Culturales que está llevando a cabo Arquia Banca, en colaboración con El Confidencial, para conmemorar los cien años de la muerte de Kafka y de las corrientes artísticas que convirtieron los felices y desgraciados años 20 en una etapa de tanta creatividad como desgarro.
El escritor y periodista Rubén Amón, director de este ciclo, reunió el pasado jueves en la espectacular (y abarrotada) sede de Arquia Banca en Madrid a Isabel Vázquez, guionista y miembro de La Cultureta; Marta Medina, crítica de cine de El Confidencial y guionista, y Luis Martínez, crítico de cine de El Mundo. Juntos debatieron y analizaron, ante un nutrido número de asistentes entre los que se encontraba el cineasta José Luis Garci y el periodista Luis Herrero, a esa generación que experimentó más que ninguna otra con el lenguaje cinematográfico, que con la llegada del nazismo fue represaliada y muchos de cuyos miembros se exiliaron en Hollywood, cambiando para siempre el modo de hacer películas. Hablamos de Fritz Lang, de Murnau, de Lubitsch, de Billy Wilder, de Pbast, de Wegener...
"Fue un periodo de grandes avances a nivel de lenguaje cinematográfico, de avances e innovaciones que se percibían de año en año, porque esa gente tuvo que inventarlo todo", en palabras de Marta Medina.
Antes de dar el salto al cine, el expresionismo ya se había curtido en el mundo de la pintura y sobre todo en el del teatro, de la mano fundamentalmente de Max Reinhardt, quien sentó las bases formales de ese movimiento artístico y con quien se formaron muchos cineastas. Y, sin ninguna duda, los estudios UFA jugaron un papel fundamental en el desarrollo del expresionismo, acogiendo a muchos de sus nombres más insignes antes de convertirse, en manos del nazismo, en una máquina ideologizada y de propaganda.
Películas como Nosferatu (1922, Murnau), El gabinete del doctor Caligari (1920, Wiene) o Metrópolis (1927, Fritz Lang), entre otras, llevaron la vanguardia y la experimentación hasta límites completamente nuevos. Metrópolis, ya se sabe, es una película de ciencia ficción, una distopía sobre una megalópolis del siglo XXI en la que los obreros están sometidos, alienados, y viven en un gueto subterráneo del que tienen prohibido salir. "Y aunque no es exactamente así, la película lanza preguntas inquietantes", subrayaba Rubén Amón. "Metrópolis se interpretó primero como apología del nazismo y, después, del comunismo. Todo cabe", destacaba por su parte Luis Martínez.
Eran películas mudas, con una atmósfera asfixiante y exageración gestual y de maquillajes. "De hecho, el certificado oficial de defunción del cine expresionista tiene lugar cuando llega el sonido. Aunque luego se hacen películas expresionistas con sonido y aunque luego ese movimiento se desborda y deje su huella en muchas manifestaciones artísticas, la llegada del sonido marca su muerte", señalaba Isabel Vázquez.
La expansión del sonido marca también el principio del fin de los estudios UFA y coincide con la llegada al poder del nazismo en 1933, que depone todas las manifestaciones artísticas transgresoras, corta de raíz el expresionismo y convierte la industria cinematográfica en una máquina propagandística consagrada a glosar a la familia modélica alemana aria, a exaltar los mitos germánicos y a arremeter perversamente contra los judíos, con películas de propaganda antisemita como El judío eterno (1940, Fritz Hippler). Aun así, los rasgos del expresionismo se cuelan en algunas películas de propaganda nazi de Leni Riefenstahl, en especial en Olympia y El triunfo de la voluntad. Al fin y al cabo Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi, aseguraba que su película favorita era Metropolis, a pesar de estar dirigida por un judío, Fritz Lang. De las doce películas favoritas de Goebbels, once eran obra de judíos.
Muchos de esos judíos, empezando por el propio Fritz Lang, emigraron a Estados Unidos tras la ascensión de Hitler al poder. Pero también lo hicieron Lubitsch, Billy Wilder, Murnau, Pabst, Wegener o el director teatral Max Reinhardt. Billy Wilder llegó sin hablar una palabra de inglés y Lubitsch no logró nunca quitarse del todo su acento alemán.
En total se calcula que fueron unos 800 los profesionales los que se trasladaron a Estados Unidos desde Alemania; transformando el lenguaje clásico del cine. No solo emigraron directores, también fotógrafos, músicos, guionistas, decoradores. El decorador de El gabinete del doctor Caligari, una de las películas más emblemáticas del expresionismo, fue por ejemplo uno de los que hizo la maleta y se plantó en Estados Unidos huyendo de Hitler y de la represión nazi. Aunque a algunos de ellos, por cierto, les tocaría años después lidiar de nuevo con la censura de la mano del macartismo.
"Lo que se trasladó a Estados Unidos fue una concepción del cine que claramente dejó su huella en el cine americano", aseguraba Luis Martínez. "Supieron leer la sociedad americana con una mirada distinta y encontraron el modo de contar lo que estaba pasando", destacaba. "Ahí está Ser o no ser, de Lubistch, una comedia sobre Hitler de 1942, en medio de la II Guerra Mundial", apostillaba Amón.
La huella de esa oleada de cineastas perdura hasta hoy. "Se ve en Scorsese, en Tarantino, en Yorgos Lanthimos y en tantos otros", subrayaba Isabel Vázquez. "El expresionismo no solo es una forma de hacer cine, que lo es y resulta muy reconocible. Lo interesante del expresionismo es su forma de repensarse. Y, desde hace tiempo, el cine contemporáneo hace una reflexión del cine dentro del cine", concluía Luis Martínez.
Larga vida, por tanto, al expresionismo.
El próximo encuentro será el 24 de abril, sobre arquitectura. Para más información sobre el ciclo, haga clic aquí.
]]>Lo que nos espera también parece empañar las dulces gafas de la nostalgia: ya han avisado que habrá otra adaptación de La historia interminable, también de Bitelchús; Gladiator 2, protagonizada en esta ocasión por el irlandés Paul Mescal, seguirá la vida de Lucio, sobrino de Cómodo (Joaquin Phoenix), en un proyecto que Ridley Scott tenía entre manos desde hace tiempo. Y, por si no fuera suficiente todo esto, a finales de año también podremos disfrutar de un nuevo Nosferatu del inquietante Robert Eggers (La bruja, El faro, El hombre del Norte…), porque quizá parecían pocos el mítico original de 1921 de Murnau y la versión que hizo Herzog en el 79 con un siempre terrorífico Klaus Kinski. La nueva la protagoniza Bill Skarsgård, el cual, ya de paso, también ha hecho otra versión de El cuervo.
— Wolverton Thief of Impossible Objects (@WolvertonComic) March 16, 2024
¿Es falta de ideas? ¿Idealización del pasado que entraña un mal social más profundo?
Explotar el pozo hasta que se agote
"Ideas no faltan", cuenta el crítico de cine Jorge Loser a este medio. "El problema es que no funcionan. Las reacciones sobre algo conocido siempre suelen ser mayores —no estoy hablando del cine en exclusiva, incluso funciona a nivel de los propios titulares de los periódicos—, porque a la gente le gusta lo familiar. Vivimos en una rueda en la que vamos moviéndonos por impulsos y se apuesta por las cosas que funcionan, y, cuando una cosa funciona, entonces sí que ya no se sale de ahí y se apuesta todo el rato por lo mismo".
"Un ejemplo de ello es Pixar, le cuesta mucho hacer prender una nueva franquicia, al final siempre acaba con Toy Story 18 (nota: no hay 18 películas de Toy Story, pero en 2026 sí que llegará una quinta, lo que no está nada mal). La culpa no es tanto de la falta de ideas, sino de la respuesta a esas ideas, que suele ser muy pobre. No hay interés en descubrir cosas nuevas, entonces es normal que te den otra taza de Daredevil. Es el problema de explotar los pozos hasta que se agotan, es un movimiento puramente capitalista", indica.
"No hay interés en descubrir cosas nuevas, entonces es normal que te den otra taza de 'Daredevil"
"Este nuevo intento de secuela de Cazafantasmas, por ejemplo, es que llega tarde y mal. Es la última copa del after, la más mala", señala Loser. "Es una secuela gastada, agotada, la gente no responde con emoción. Solo la siguen haciendo porque es un nombre seguro y malo sería que no funcionase, al menos un poco. Son los intentos de las marcas de entrar con buen pie y desesperadamente en las nuevas generaciones, y al final las generaciones antiguas (que son las que realmente aúpan a estas marcas) rabian, porque consideran que sus productos fetiche han cambiado, o que son woke… ¡Pero es que no las están haciendo para ti!".
"Lo que hacen es coger una marca conocida, como Willow, usar su nombre y contar otra historia en la que los personajes originales ni siquiera salen. O con Spiderman, que intentan captar claramente a la chavalada fresca, se trata de una operación puramente comercial para que la franquicia eche raíces en una nueva generación. Así tienes un Batman o un Drácula para cada generación, con cosas que resucitan cada cierto tiempo".
Toy Story cumple 25 años: el curioso camino hasta llegar a ser el éxito de Pixar
Miguel Muñoz
Como advierte Andrés Quinteros (director de Psicólogos Madrid Cepsim), no hay nada malo per se en la nostalgia, a no ser que nos obsesionemos por revivir situaciones pasadas: "Cuando buscamos volver al mismo sitio o ver lo mismo, tratando de revivir las sensaciones recordadas, casi siempre es una decepción. Se pierde la perspectiva de que aquello pasó y nosotros somos diferentes. Una película que te encantó hace 15 años es muy probable que no te emocione ya tanto, pero eso no lo convierte en una película mala o mediocre".
"Generación tras generación, muchas personas terminan diciendo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero no es cierto, antes no se escribían libros de más calidad, los niños jugaban de verdad o se hacían mejores películas. Muchas veces nada es mejor ni peor, solo diferente. A veces nos aferramos al pasado porque nuestro presente no nos gusta. Lo veo en muchos pacientes que dulcifican su infancia o sus primeras relaciones…, idealizan el pasado, pero esto puede ser tan negativo como recordar solo lo malo".
La idealización de los 80
De un tiempo a esta parte, los 80 han sido los protagonistas de muchos de los productos cinematográficos más populares (desde Super 8 a, muy especialmente, Stranger things, pasando por algún capítulo de Black mirror, como San Junipero), lo que en parte también explica esta obsesión por recuperar productos como Los Cazafantasmas, cuya primera entrega apareció en 1984: "Sí que hubo un momento en que se quería recuperar un poco la esencia de los 80", admite Loser. "Había un movimiento de nostalgia que sucede en todas las generaciones, porque descubres algo de la infancia que recuperas cuando eres un adulto".
"Sucedió aproximadamente de 2010 a 2013 ese revival de los 80, que también sucedió en los propios 80 con los 50 e, incluso, está sucediendo ahora con los 90. En un principio se da un enfoque de nostalgia, apelando a los sentimientos, 'espontáneo', sin idea de ser comercial, pero luego llegan productos como Yo fui a EGB y se capitaliza. En el cine la propia nostalgia viene de la necesidad de las empresas de crear contenido que resulte familiar".
"Se busca apretar el botón con las películas parecidas a las de Spielberg, pero esto no representa el cine de los 80 de verdad. Se recupera La guerra de las galaxias, pero no las películas de bárbaros como Conan, que en aquel tiempo estaban muy de moda porque se llevaba el heavy metal, las portadas de señoras en pelotas, el músculo…, eso también fueron los 80, no solo los niños con cara de perrillo y el extraterrestre. Lo que pasa es que ese look sucio ya no cuela nada. Es mucho más fácil coger la iluminación de la época y que se quede ahí todo con una imagen idealizada. Eso funcionó también con los 50, se copiaba lo bueno, el autocine, las chicas en patines sirviéndote la comida, la valla blanca y la casa perfecta…, todo lo que es reproducible. Pero no es más que una idealización de la vida, con la idea de hacer branding", concluye Loser.
]]>Steven Knight cumplirá su promesa "por orden de los Peaky Blinders". El creador que firma una de las sagas más exitosas sobre mafia y clase obrera continuará la historia de la familia Shelby en la gran pantalla. La película, que llegará en el transcurso del año 2025, se ambientará en la Segunda Guerra Mundial y cerrará un ciclo para el también creador de la miniserie bélica de Netflix La luz que no puedes ver.
Peaky Blinders llegó al corazón del público en 2013, y desde entonces, nadie puede olvidarse de la pandilla de gánsteres que regentan un local de apuestas de hípica. Thomas Shelby se despidió de los seguidores al final de su sexta y última temporada. Cillian Murphy, el actor que dio vida al atormentado líder del grupo, finalizó su relación con la cadena BBC, hasta ahora, que, con un Oscar bajo el brazo gracias a Oppenheimer, vuelve al "barro". El destructor de mundos de Nolan regresa a la saga que supuso un trampolín en su carrera.
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R. Badillo
El propio Knight ha confirmado la noticia en las acciones de promoción de This Town, su nuevo proyecto de época para la BBC. La ficción relatará la formación de una banda de música ska en un contexto de máxima agitación social. Su nueva incursión en los seriales coincide con el anuncio del inicio de la producción de la película que continuará la trama de sus inconfundibles Peaky Blinders. "Está claro que volverá", dijo sobre la vuelta de Cillian Murphy como Tommy Shelby. "Lo filmaremos en septiembre, justo al final de la calle, en Digbeth (los estudios ubicados en Birmingham, Reino Unido)", explicó el showrunner que, inmediatamente después, quiso elogiar el trabajo del actor como padre de la bomba atómica.
Vuelta al barro
No han trascendido muchos detalles sobre la trama que se desarrollará en la película de Peaky Blinders, a la que regresa Murphy. Sin embargo, Knight ha dado algunas pistas del proyecto que pondrá el broche final a la historia. La familia protagonista tendrá que lidiar con los días más oscuros de la nación en pleno conflicto bélico, mientras esta nueva entrega supondrá la unión de los veteranos con los nuevos fichajes.
En conversaciones con Birmingham World, el creador ha puntualizado que habrá dos historias distintas dentro de la película. Lo más celebrado por los seguidores de la aclamada serie es el regreso de Cillian Murphy. Parece ser que esta vez el guion ha convencido al actor que volverá a vestir el traje del tramposo gentleman.
Si funciona, la cinta podría ser una apertura a nuevas secuelas. Los espectadores pueden amenizar la espera con la serie completa de Peaky Blinders que puede verse en Netflix y cuenta con un total de seis temporadas. Además, Prime Video incluye en su catálogo las cuatro primeras entregas.
]]>La Semana Santa ya está a la vuelta de la esquina. Mientras, que las plataformas de streaming recogen algunos de los clásicos más aclamados como Los diez mandamientos (Movistar Plus+) o Ben-Hur (Prime Video y Apple TV+), las salas de cine dan la bienvenida a nuevos títulos que navegan entre diversos géneros como la animación, el horror realista y el drama histórico y social.
La vuelta de Los Cazafantasmas encabeza la cartelera junta a la hazaña del corredor de bolsa que rescató a cientos de niños de las garras nazis. También encontramos la celebración de la multiculturalidad a través de una divertida comedia con Leo Harlem y El Langui.
La familia Benetón
La comedia española La familia Benetón retrata la multiculturalidad con el impulso de Leo Harlem, cómico, ahora más afincado en la actuación, con títulos como Vacaciones de verano, junto a Santiago Segura o Como Dios manda. Las familias tienen la oportunidad de reunirse en las salas para disfrutar de las nuevas armas cómicas y descanalladas de su director Joaquín Mazón.
El cineasta, que estrenó en 2023 el "resacón" a la española De perdidos al río, en Prime Video y La Navidad en sus manos, vuelve ahora con una historia familiar que quiere inundar de jovialidad y humor ingenioso. La película cuenta la historia de Toni, un hombre soltero y cascarrabias que es alérgico a los niños y trabaja haciendo mudanzas con su confidente Lolo. Cuando su hermana fallece de forma repentina, el protagonista se convierte en tutor temporal de sus cinco sobrinos adoptados. Su casa se convierte en una convivencia multicultural, donde deberá lidiar con los retos de la paternidad. El reparto está encabezado por Leo Harlem (Padre no hay más que uno), actor con particular vis cómica que se acompaña de la actriz mexicana Diana Bovio (La novia de América), Damián Alcázar (El crimen del padre Amaro) y El Langui (30 monedas).
Los niños de Winton
La hazaña real del hombre que salvó a 700 niños del Holocausto la relata con gran sensibilidad el director James Hawes en su nuevo largometraje. La película se inspira en una figura que ejerció de salvador. Se trata de Nicholas Winton, un corredor de bolsa que, con la ayuda de su madre, lideró un acto de compasión. Su gesta fue olvidada durante más de 50 años. Fue la BBC quien destapó su identidad en 1988.
Anthony Hopkins (El silencio de los corderos) rebosa humildad en la interpretación de un valiente Winton. La desconocida historia toma forma en un conmovedor drama que, también, incluye otros conocidos rostros como el de Helena Bonham Carter (El discurso del rey), Johnny Flynn (The Lovers) y Jonathan Pryce (Piratas del Caribe).
Cazafantasmas: el Imperio helado
Coincidiendo con el 40 aniversario de la película original, los cines dan la bienvenida a una nueva entrega de Cazafantasmas, donde el equipo regresa tras los eventos ocurridos en Oklahoma, en Estados Unidos. La segunda parte del reboot de aventuras sigue los pasos de la familia Spengler. Los protagonistas viajan a los orígenes, al emblemático escenario de la ciudad de Nueva York, donde empezó todo, especialmente al parque de bomberos donde se desarrolla la trama.
La fantasía sigue siendo del punto de partida de una historia liderada por cazadores de ectoplasmas. Gil Kenan, responsable de la adaptación de Poltergeist (2015) dirige la nueva entrega de la franquicia. Vuelven los personajes originales que debutaron en la mítica saga: Ernie Hudson (Champions), Bill Murray (Lost in translation), Harold Ramis (Mejor imposible) y Dan Aykroyd (Indiana Jones) se unen a un reparto, donde también destacan Paul Rudd (Ant-Man), Carrie Coon (La edad dorada), Finn Wolfhard (Stranger Things) y Mckenna Grace (Capitana Marvel), entre otros.
La abadesa
El drama histórico llega de la mano de La abadesa, una película española dirigida por el cineasta catalán Antonio Chavarrías. Buceando en libros de historias, el artífice del thriller Dictado, protagonizado por Juan Diego Botto y Bárbara Lennie, se encontró con la desconocida figura de una mujer que tuvo un destacado poder durante el siglo IX. La abadesa cuenta la historia de Emma (Daniela Brown), una joven de 17 años que es nombrada abadesa y fue la encargada de repoblar y cristianizar los territorios fronterizos que estaban en conflictos con los moriscos.
Decidida a cumplir con su misión, su presencia resultará incómoda y desconfiada para nobles, monjas y campesinos. Su valentía confirma que puede transformar el poder establecido hasta ese momento. El riesgo será muy alto. El reparto se completa con Blanca Romero (La luz de Elna), Carlos Cuevas (Merlí), Ernest Villegas (La caza. Tramuntana) y Berta Sánchez Bajona.
Luca
La conmovedora película de animación Luca, del estudio Pixar, quiere hacer felices a los espectadores que se enamoraron con la historia de un fantástico storyboard que dispone lo mejor de la cultura italiana. Además, Enrico Casarosa también abraza el poder de la amistad. Luca es un himno a la tolerancia de lo diferente. La plataforma Disney Plus+ estrenó la película de forma exclusiva en 2021, y ahora busca su espacio en la cartelera.
Ambientada en un pueblo costero de la Riviera italiana, la película sigue los pasos de Luca, un niño que disfruta de un verano inolvidable atiborrándose a helados y viajando en Vespa. El protagonista forja un vínculo con Alberto, un adolescente de espíritu libre. Sin embargo, su nuevo amigo esconde un secreto: es un monstruo marino que atemoriza a los humanos. Enrico Casarosa que formó parte del equipo creativo de Soul y Red, dirige Luca, una película que se apoya en la producción de Andrea Warren (Brave).
El sucesor
El horror cotidiano de Xavier Legrand aterriza en las salas de la mano de El sucesor, la película que compitió en la sección oficial de la última edición del Festival de San Sebastián. Se trata del segundo largometraje del cineasta responsable de Custodia compartida, filme que convierte el drama del divorcio en un terror abrumador y realista. El francés vuelve a demostrar autenticidad en su nueva intriga moderna, protagonizada por Marc-André Grondin (El primer día del resto de tu vida).
La película cuenta la historia de Ellias Barnè, un joven de 30 años que celebra su ascenso: acaba de ser nombrado director artístico de una conocida firma de moda parisina. Mientras intenta no defraudar a sus superiores, empieza a sentir dolores en el pecho. En ese momento, recibe una llamada que le hace aparcar sus compromisos profesionales. El protagonista debe organizar el funeral de su padre, con el que lleva distanciado un tiempo. En el proceso, descubrirá un oscuro secreto y es que no solo ha heredado de él su débil corazón. El reparto incluye también a Yves Jacques (Las invasiones bárbaras), Louis Champagne (Profesor Lazhar), Anne-Elisabeth Bossém (Los amores imaginarios) y Blandine Bury (Pasiones secretas).
Club zero
La directora austríaca Jessica Hausner explora los trastornos alimenticios en Club zero. Nominada a la Palma de Oro a mejor película en el Festival de Cannes, la cinta, que busca ser transgresora dentro de la paleta audiovisual, sirve como reflejo de la sociedad actual. La historia sigue a Miss Novak, una profesora influyente que se une al equipo de una institución de élite para impartir clases de nutrición. La maestra deposita su empatía en cinco alumnos, hasta que la trama da un giro inesperado y peligroso.
Hausner expone un debate sobre las sectas de "alimentación consciente" con el papel protagonista de Mia Wasikowska (Alicia en el país de las maravillas) y Sidse Babett Knudsen (Borgen). El elenco se completa con Elsa Zylberstein (Golpe de suerte), Mathieu Demy (Tomboy) e Isabel Lamers (Funeral for a dog).
]]>Club Zero era, de lejos, la película disonante de la edición, por estética y por trasfondo, de la pasada cita cannoise, una propuesta demasiado vacía de contenido y demasiado escondida tras decisiones de puesta en escena lo suficientemente cegadoras -y en momentos casi paródicas- para no dejar de ver dentro de ella. Una prueba de que no ha sido fácil para Hausner sacar adelante Club Zero es la retahíla de países que han participado en su producción -Austria, Reino Unido, Alemania, Francia, Dinamarca, Turquía, Estados Unidos, Qatar, Bosnia-Herzegovina-, siendo una producción que no parece haber costado demasiado.
No queda demasiado claro lo que ha querido hacer Hausner en Club Zero: ¿un cuestionamiento de la educación woke? ¿Una sátira en contra de la alimentación saludable? ¿Una crítica a la estulticia y manejabilidad de las clases pudientes? ¿Una advertencia sobre el regreso del nacionalsocialismo a través de los pensamientos totalitarios insertados hasta en una costumbre tan básica como la de comer? ¿Una metáfora poco trabajada alrededor de los trastornos de la alimentación?
Es complicado aventurar la respuesta cuando la película no se aparta de su premisa: en un colegio de élite, una nueva profesora, la señorita Novak (Mia Wasikowska, siempre inquietante) inicia su Club Zero, unas clases de alimentación consciente que, en realidad, ocultan una ideología fundamentalista y autodestructiva: intentan llegar al control y la depuración total del cuerpo consumiendo cero calorías. Ayuno total. Aire en boca. Cucharada de nada.
El cine de Hausner se preocupa mucho por un trabajo estético poderoso; desde la suntuosidad de Amour Fou (2014), pasando por la estridencia de Little Joe (2019) y ahora en Club Zero la vigilancia estricta de una paleta de colores muy marcada y limitada -amarillos, azules, grises, verdes-, de unas composiciones dominadas por las líneas rectas, sobre todo verticales y diagonales, el sometimiento de los cuerpos a los espacios y de las figuras individuales al grupo. Cada movimiento de cámara y de actores está coreografiado con una precisión patológica. Hausner se autoinflige un sistema de reglas tan férreo como el que impone a sus personajes.
El punto de partida es el siguiente: el ser humano moderno come mal y la comida procesada acabará destruyendo la humanidad. Comemos demasiado y comemos nocivo. Comemos mientras chateamos, mientras vemos la televisión, mientras andamos de un lado para otro; no prestamos atención ni a qué comemos ni cuánto ni cómo. Hemos pasado de la nutrición por supervivencia y por salud al consumo destructivo, de nosotros mismos y del medio ambiente. Este es un poco el ideario que propone la señorita Novak a sus alumnos de la asignatura de Alimentación consciente. Cambiar la forma de relacionarse con la comida. Retomar el control de sus cuerpos y sus apetitos. Club Zero parte de una premisa, como mínimo, original y en contacto con su tiempo. Sin embargo, Club Zero no propone nada más allá de dicha premisa.
Pero, el principal problema, es la frialdad con la que Hausner se relaciona con sus personajes, ampliada con una propuesta de interpretación robótica y desnuda de humanidad. Se entiende la intención: desproveer a los protagonistas de cualquier individualidad y calidez, y al espectador de cualquier empatía para con ellos, como objetos de estudio dentro de un experimento social. Porque los uniformes, el advenimiento de una gurú, el gusto por las líneas rectas y las formaciones de conjunto siempre retrotraen a lo mismo: a la dictadura.
Como una versión posmoderna y batiburrillo de La ola (2008), del alemán Dennis Gansel, un profesor llega a un colegio para demostrar lo fácil que sus alumnos caen en la aplicación de las ideas más extremas. Pero, en este caso, no como un ejercicio de advertencia, sino abrazando un comportamiento fanático y sectario, demostrado en ese momento de comunión ritual, cuando todos los alumnos tararean el mantra del Club Zero. Hausner añade algo de humor, que no acaba de resultar, en momentos como el que vemos a la señorita Novak convertida en un anuncio de la teletienda en sus cajas de "té de ayuno".
Mia Wasikowska levanta una película que, sin ella, se hubiese arrastrado lánguida y sin vida durante todo el metraje. La actriz de Stoker (2013) y Map to the Stars (2014) se crea a su alrededor un aura de misterio e incomodidad que funciona muy bien en este personaje mesiánico: con los alumnos comienza siendo dulzura y compromiso, para poco a poco ir dejando ver el lado más oscuro de una líder obsesiva y determinada a expandir su fe, que lleva aparejado el ayuno extremo. Porque cualquier sistema doctrinario se resume en un conjunto de reglas punitivas para ejercer el control sobre sus acólitos.
Sin embargo, Hausner no consigue insuflar vida al resto de personajes y solo se centra en su relación con la comida -con el ayuno, más bien-, dejando de explorar otras capas a un nivel más profundo, más allá de usarlos como instrumento para su tesis sobre los comportamientos sociales. Tampoco generan demasiada empatía los adultos, ensimismados -y profundamente necios-, unas caricaturas de una sociedad acomodada que solo percibe los riesgos cuando ya son inevitables. Club Zero también reflexiona sobre la presión grupal, que hace que una idea que en principio parece inaceptable puede acabar convirtiéndose en el centro de la vida de los miembros del grupo. Incluso si esa idea lleva inexorablemente hacia el abismo.
]]>Mano de hierro, vista a través de los ojos de un engreído yanqui con cuenta en Imdb, es mucho mejor que vista con tus propios ojos, fatalmente españoles. Siendo español, todas las series donde salgan tiros y explosiones (pasa lo mismo con Reina roja, PrimeVideo), te parecen inverosímiles, simplemente porque en Madrid o Barcelona no se pega un tiro en todo el año, y si explota algo, es una bombona de butano. Los thrillers españoles, para empezar como Dios manda, deberían empezar con una bombona de butano explotando en un barrio obrero, y luego seguir a partir de ahí. Sin embargo, sus creadores se creen Scorsese o Michael Bay, y el butano no lo trabajan.
La acción de Mano de hierro se sitúa en Barcelona, donde apenas hay corrupción real (Camp Nou, procès…), de modo que ha habido que buscarla con lupa, hasta localizarla muy genuinamente en el puerto comercial de la ciudad. Era, justo ahí, en el puerto de Barcelona, donde había que buscar la corrupción, sí.
Los 'thrillers' españoles, para empezar como Dios manda, deberían empezar con una bombona de butano explotando en un barrio obrero
La trama, ambientalmente, recuerda como es obvio a la segunda temporada de The Wire. Vemos las grúas inmensas y los contenedores sellados y un poco de agua marina. A través del puerto de Barcelona entra mucha droga, y tanto los trabajadores del lugar como la policía, como los inspectores de mercancías, están en el ajo. El puerto de Barcelona es Baltimore, sólo que sin hombres negros ex convictos con los pantalones demasiado anchos. Habría que ver qué tal ha sentado esta serie a las autoridades portuarias, y a los trabajadores y operarios. Yo creo que les habrá hecho gracia. Repetimos: ¡no había otra corrupción en Barcelona con la que hacer una serie que la de esta gente!
En realidad, Mano de hierro es una especie de Crematorio con barquitos, minusválidos y papel de calcar. Lo malo es que no hay literatura detrás, como estaba detrás de Crematorio Rafael Chirbes. Es una serie muy violenta. Casi cada plano le recuerda a cualquier espectador algo que ha hecho Tarantino o Scorsese. Hay tantas escenas de acción que cuesta saber qué está pasando. Lo malo es que a uno le da completamente igual qué está pasando y sólo piensa en a quién se está imitando.
Dice nuestro reseñista amateur que el audiovisual español es, precisamente, aficionado, que “los escritores y directores (españoles) no saben cómo funcionan las armas ni cómo se comporta la gente en combate”. En esto es probable que tenga razón. Urtasun va a crear una subvención para que los guionistas y directores españoles se vayan a un campo de tiro a balear sacos de arena, a ver si se enteran de la movida. Luego habría que meterlos a todos en un coche y volarlo por los aires, por los mismos motivos.
Es una serie muy violenta. Casi cada plano le recuerda a cualquier espectador algo que ha hecho Tarantino o Scorsese
En cine, al final parece mucho más difícil hacer volar un coche por los aires que el método Stanislasvki. Es más accesible llorar, desnudarse, soltar un monólogo shakespeareano que filmar el asalto a un castillo o un atentado terrorista. Cuando éramos pobres (más o menos hasta que apareció en nuestro cine Amenábar), hacíamos comedia, porque la risa son los efectos especiales de las industrias cinematográficas paupérrimas. Desde que somos ricos, nos reímos menos, y encima las películas no parecen españolas, y los americanos se burlan de nuestros tiroteos.
De las películas de Santiago Segura sólo nos burlamos nosotros.
Un ejemplo claro de cómo hacer una serie a la americana en España lo encontramos en Gomorra (2014): es italiana por los cuatro costados, pero, al mismo tiempo, encierra esa esencia espectacular y adictiva de los shows de Hollywood. Otro ejemplo triunfal es la reciente serie turca Kübra. Al verlas, uno piensa: esta gente tiene algo que contar. Algo que sólo ellos (esos países, de hecho) podían contarnos.
Cuando éramos pobres hacíamos comedia, porque la risa son los efectos especiales de las industrias cinematográficas paupérrimas
Mano de hierro no tiene nada que contar. El puerto de Barcelona es un aburrimiento. No torturan a la gente en cuartos oscuros con ratas y whisky. Eso lo hacen en otro sitio de la ciudad. Lluís Quílez tendría que haberse ido a otro sitio de su ciudad.
Quílez es autor del interesante thriller Bajocero (2021), y aquí ha contado con Eduard Fernández, Natalia de Molina y Jaime Lorente como sufridas estrellas. También salen Chino Darín y Sergi López. Es un buen elenco. Lo malo es que hacen todos el mismo personaje, salvo Natalia de Molina, que cada día se parece más a Julianne Moore cuando la dejaban sola en casa (Vidas cruzadas, Magnolia, El final del affair, Las horas…). Hacen, todos los hombres, de hombre simple.
Por mucho dinero que tenga uno para hacer una serie o una película, al final siempre nos enfrentamos con el mismo problema: tiene que haber un buen guion. En narrativa audiovisual, puedes comprar cualquier cosa, a DiCaprio, mil Lamborghinis, diez mil extras; pero no puedes comprar una buena historia.
]]>Desde su debut con Hereditary, Ari Aster ha vivido una comunión inseparable con A24, el estudio que presentó a un estimulante cineasta, al que no debíamos perderle la pista. La película de terror y suspense psicológico fue la revelación de un director de narrativas oscuras y viajes catárticos. Tras el escalofrío provocado en su ópera prima, el neoyorkino nos trasladó al calor de una festividad escandinava para retratar el peligro de las sectas. Ambas creaciones ilusionistas están disponibles en Netflix.
El tercer largometraje del director fue Beau tiene miedo, una tragicomedia impulsada por la figura materna, a la que Aster "no hace una minúscula concesión", según apunta nuestra crítica. Joaquin Phoenix es un hijo con miedo a defraudar, en la primera colaboración de actor y cineasta. La dupla creativa vuelve a unir fuerzas en Eddington, nuevo proyecto que llegará a los cines durante el transcurso del año 2025.
Welcome to EDDINGTON. Ari Aster’s contemporary western starring Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, Emma Stone, Luke Grimes, Austin Butler, Deirdre O'Connell, Micheal Ward and Clifton Collins Jr. is coming soon. pic.twitter.com/yLDMyeebTz
— A24 (@A24) March 12, 2024
El toque de humor definitivo de Ari Aster lo encontraremos en una comedia de estilo western que ha comenzado su rodaje hace unos días, tal como ha adelantado la productora. El ganador del Oscar por su interpretación del Joker vuelve a liderar el reparto y se une a la recientemente oscarizada Emma Stone, que se hizo con la estatuilla dorada gracias a su trabajo en Pobres criaturas. Como dato curioso, Eddington iba a ser el debut del cineasta, pero los planes cambiaron.
El equipo actoral se completa con numerosos rostros de Hollywood que acompañarán a Stone y Phoenix en esta aventura. Pedro Pascal se pondrá a las órdenes de Aster tras encadenar varios éxitos gracias a The Last of Us y The Mandalorian. Después de quitarse el traje de Elvis en la película de Baz Luhrmann y convertirse en el temido Harkonnen de Dune 2, Austin Butler encara este nuevo proyecto junto a Micheal Ward (Bob Marley: One love), Clifton Collins Jr. (Agente X: Última misión), Luke Grimes (Yellowstone) y Deirdre O'Connell (Algo pasa en Las Vegas).
Eddington todavía no tiene fecha de estreno y su trama aún es una incógnita. Sin embargo, fue el medio Variety quien adelantó algunos detalles. La historia sigue los pasos de un sheriff que se instala junto a su mujer en un pequeño pueblo de Nuevo México, en Estados Unidos. De forma inesperada, el matrimonio se queda tirado en la carretera. Su coche se ha quedado sin gasolina. La calurosa bienvenida de los habitantes se convertirá en una pesadilla, de la que solo querrán huir.
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